miércoles, 6 de mayo de 2009

Los principios de la Bibliofilia

En casi la mayoría de los casos,%l comienzo de una biblioteca que con el paso de los años llegará o no a estar especializada, en el tema objeto de la profesión de su dueño o materias diferentes pero muy queridas, es la infancia. En ese periodo de nuestras vidas, quedan nítidamente grabadas las líneas maestras de nuestro comportamiento futuro, y si durante esos años el amor por los libros ha sido inculcado con cariño y buenas orientaciones, el resultado será muy obvio, no sólo por ios inmediatos resultados académicos, sino por el deseo de conservar los libros, los tebeos, los recortes de revistas y en general todo el material impreso. De todos es conocida la tendencia infantil a coleccionar cuanto cae en sus manos. Pero como todo, requiere un esfuerzo y ciertas orientaciones, en este caso de los mayores.

Hace años estas consideraciones hubieran resultado inoperantes, pero hoy es perfectamente posible ir haciendo una biblioteca desde muy niño. La edición de libros infantiles y juveniles coleccionabies, es una realidad en cualquier país. El fomento de esta actividad, se ve reforzado por la necesidad académica de superar unos estudios mínimos cada vez más avanzados y si bien algunos, pesimistas piensan que la cultura de la imagen eliminará a la impresa, lo cierto es que se complementan. |


LAJUVENTUD

En esta etapa de la vida los gustos van siendo más definidos y las aficiones más concretas. Los que hayan sido «cazados» por el síndrome de la lectura, no sólo emplearán los libros de texto necesarios, sino que irán almacenando los primeros volúmenes policiacos, de ciencia-ficción, sobre ecología, etc., y en el caso de contar con una biblioteca en casa, empezarán a inspeccionarla. No obstante, está comprobado que es necesario demostrar sus preferencias y sus gustos, por lo que el joven tendrá su propia biblioteca en su habitación, a veces duplicará títulos, en ocasiones los libros de estas estanterías parecerán un cóctel de estilos y temas: no importa, es necesario avanzar, y sólo en contadas ocasiones la trayectoria es recta. Por lo general son tantas las influencias, los focos de interés a los que atender, las lecturas necesarias y tan escaso el dinero, que sólo Se puede conseguir una muestra de cada materia, de cada género. Ése suele ser el momento en que se están fraguando los cimientos de una biblioteca, de la afición por los libros.

LA MADUREZ

La profesión hace que los libros sean una herramienta de trabajo, o ese remanso de paz y distanciamiento necesario de las preocupaciones cotidianas. Así pues, bien sea por necesidades laborales de adquirir libros de consulta, textos actualizados, ensayos sobre materias complementarias a la profesión, o cualquier otra circunstancia, la biblioteca del profesional se va ampliando sola. Pero es fuera de este ámbito donde suelen darse las bibliotecas especializadas más espectaculares y los caprichos más y más rebuscados, t La especialización suele ser un camino fructífero y libre de las tiranías de la moda. Ya que si bien es posible agotar el tema o campo elegido en cuanto a ediciones actuales, siempre queda la posibilidad de entrar en la búsqueda de ediciones raras, momento éste en el que ya será necesario recurrir a toda una serie de trabajos bibliográficos y consultas a manuales especializados, ya que se puede decir sin temor a error, que existe bibliografía sobre todas las materias, pero muy dispersa, poco clara y desde luego incompleta. Quizá estas lagunas sean un aliciente más a la hora de buscar «joyas».

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