Una vez que la pieza está completamente seca, se procede a la primera cocción que debe realizarse muy lentamente, con sumo cuidado, pues cualquier subida brusca de temperatura puede romper las piezas o cuando menos agrietarlas. A esta cocción, se le llama bizcochada o «biscuit». Se consigue con ella que la arcilla obtenga mayor porosidad y consistencia. Al estar las piezas crudas hay que manejarlas evitando cualquier golpe, pero sin embargo, pueden estar unas en contacto con otras o incluso unas dentro de otras para ganar espacio en el horno.
Las temperaturas de bizcochado de los objetos comunes de cacharrería oscila, según el tipo de arcilla, entre los 800°C y los 900°C, pero para llegar a esta temperatura hay que atravesar dos fases muy bien diferenciadas. Una hasta los 350°C, etapa en la que se evapora el agua empleada, durante el modelado y una segunda a partir de los 400° C/ 450° C, en que comienza a evaporarse el agua existente entre las moléculas de la arcilla. Durante la primera fase, la temperatura debe aumentar paulatinamente para evitar evaporaciones muy bruscas. El resultado son los tiestos o macetas usados en jardinería. Es decir, una calidad basta y muy frágil. Pero en nuestro caso, si lo que hemos cocido son piezas con destino a barnizarlas o esmaltarlas, será necesario lijar cualquier aspereza, defecto o borde cortante, que haya quedado. Una vez retocadas se procede al barnizado que o bien se aplica por inmersión, o bien se hace por pulverización, y se procede a su colocación en el horno. La utilización del espacio en el horno durante esta segunda cocción es una de las artes que distinguen a los ceramistas. Como regla de oro, hay que tener en cuenta qué a mayor uniformidad de carga mejor cocción. Pero, ¿cómo se consigue esa uniformidad? No hay reglas escritas y tan sólo sirve la experiencia de muchas hornadas con un escrupuloso control de la carga. Que no esté muy lleno para que no se tuesten los esmaltes, pero tampoco que esté muy vacío porque entonces se producirán ciertas irregularidades en los esmaltes al enfriarse con brusquedad Conviene recordar que las piezas esmaltadas del tipo de los platos, tapaderas, etc., deben colocarse en trípodes de porcelana y con el cuidado de que no se toquen unas a otras y se peguen.
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