En primer lugar abordaremos la decoración sobre barro húmedo, en el que como puede resultar obvio lo más sencillo es dejar huellas de las manos o los dedos con los que se trabaja. Pero es muy frecuente por su sencillez, efectuar rayas onduladas, rectas, quebradas, etc. Algo más elaborado es la impresión en la arcilla de telas de saco, cuerdas, nudos, etc.
Cuando la arcilla se ha endurecido, tras unas 18 ó 20 horas de secado, depende del clima y de la calidad del barro, adquiere la textura del cuero y es el momento de efectuar incisiones que se pueden rellenar de esmalte. El satinado, es una forma sencilla pero muy efectiva, si lo que se busca es sobriedad. Esta operación se realiza cuando el barro está en el estado de dureza a que antes aludíamos y con cualquier objeto pulido.
Finalmente, existe la técnica del engobe, de mayor complejidad ya que consiste en colorear la arcilla a base de óxidos. Una vez secas tanto la arcilla como el engobe, se cuecen y a renglón seguido, se aplican los barnices transparentes para que de esta forma durante la segunda cocción «aparezca» el color.
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