miércoles, 6 de mayo de 2009

Vinos Blancos

Ya que tiene la copa en la mano, cambie de «tulipe», a un modelo de tamaño algo inferior á la del tinto y aprovechando que los blancos pueden ser degustados inmediatamente después del descorche, efectúe la prueba de ese blanco que Je han ofrecido y piensa incluir en su bodega. Si bien en este apartado los alemanes tienen fama por sus caldos del Rhin y del Mosela, no es posible pasar por alto que los franceses cuentan con esas maravillas que se dan en Anjou, o en Alsacia, o el legendario vino, ahora en decadencia, de los griegos, el malvas ía. Si en los tintos la variedad de sabores es grande, en los blancos es aún mayor, ya que difícilmente se encontrará un tinto muy dulce, mientras que entre los blancos el espectro recorre todos los escalones que van desde el extra-seco al muy dulce. Y codos ellos deben saborearse fríos, dependerá de su clase, ya que los espumosos dulces requieren menor temperatura que los secos. En cualquier caso lo que no se debe hacer nunca, sea espumoso o no, es servirlo helado, entre seis y nueve grados centígrados está la temperatura ideal para los blancos.

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