Su significado literal es entre los libros de, y se trata de un grabado, viñeta o sello que se marca, pega o estampilla, en el anverso de la tapa de los libros o la primera página, y en la que va detallado o bien el nombre del bibliófilo o un dibujo alegórico, su escudo de armas o una combinación de todo ello. Comenzaron a utilizarse en la Alemania de 1450; poco después, Alberto Durero conseguiría grabados al aguafuerte de calidades excepcionales. Posteriormente el uso de «ex libris» se extendió a Francia, Inglaterra, Italia, España, etc., para singularizar bibliotecas de prestigio, y existen auténticas maravillas tanto por el primor del trabajo realizado, como por los destinatarios del «ex libris». Entre los primeros se pueden destacar los trabajos efectuados por Toulouse-Lautrec, Manet, Pissarro y entre los destinatarios de estos preciosos trabajos, las bibliotecas de Víctor Hugo, de los Goncourt, de George Washington, etc. ?,
Comenzaron a coleccionarse por separado hacia finales del siglo XIX y hasta la I Guerra Mundial contó con buen número de aficionados. Con posterioridad se ha perdido la afición, al tiempo que ha caído en desuso y por consecuencia apenas hay grandes artistas que preparen grabados o dibujos para los «ex libris». No obstante, tanto los libros antiguos dedicados al tema, como los escasos ejemplares sueltos que hay en circulación, se pagan muy bien Las colecciones más importantes del mundo se encuentran en el Museo Británico de Londres y en la universidad norteamericana de Yale.
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