Clasificador. Elemento este de suma sencillez ya que puede formarse a base de hojas sueltas en una carpeta o sujetas por anillas. Como su propio nombre indica, sirve para clasificar los sellos antes de colocarlos definitivamente en el álbum. Se suelen emplear hojas de colores, aunque generalmente el negro es el color más común, tlevan unas tiras de papel transparente sujetas por la parte inferior, donde se colocan los sellos repetidos, los que están pendientes de algún tratamiento como el lavado, etc. En los comercios especializados venden dos tipos muy concretos, el pequeño o de bolsillo para su transporte cotidiano y el volumen grande de hojas intercambiables. La lupa. Sin que sea necesario recurrir a instrumentos muy sofisticados, con una lupa de entre 5 y 8 aumentos será suficiente para apreciar todas las peculiaridades de un sello.
Las pinzas. En este caso, sin embargo, sí es necesario recurrir a unas pinzas muy concretas, ya que son un instrumento imprescindible para evitar que el sudor y cualquier tipo de suciedad que involuntariamente porten los dedos, dejen una huella en el sello. Así pues, deberán ser suaves, de resorte blando y que no tengan hendiduras en las palas, para que al recoger el sello, aunque se haga mucha presión, no lo arañen o dejen marcas.
Odontómetro. Pequeña cartulina o lámina de cartón en la que hay impresos pequeños círculos, a distancias variables, que permiten medir el dentado de los sellos. Este instrumento es muy necesario, tanto como el catálogo, ya que existen emisiones del mismo valor pero con distinto dentado. El sistema de comprobación es por encaje recíproco y el número que corresponda con la coincidencia, será la medida de los dientes del sello. Normalmente el número de dientes oscila entre 10 y 14.
Fijasellos. Son los papelitos engomados por una sola cara que mediante un doblez sirven para fijar el sello al álbum. Resulta de suma importancia que sean de excelente calidad, no tanto el papel como la goma o adhesivo, pues si bien en los usados de poco valor el problema puede ser mínimo, en el caso de rarezas o de sellos nuevos con su goma original, el problema de cambiar de sitio el sello o simplemente arrancarlo, suele traer malas consecuencias. No obstante, el mejor sistema para conservar en perfecto estado las «joyas» de la colección, es la bolsa de celofán con respaldo de papel parafinado para que no se produzcan adherencias. Estas son las que se fijan en el libro o álbum. Y, finalmente, y en plan más económico, están ganando adictos las tiras de plástico o celofán transparente, recortables al tamaño del sello o de los sellos que se desee tener juntos.
Una recomendación: no emplee como fijasellos el papel engomado de las márgenes de los sellos cortados en tiras. Suele adherirse demasiado y puede descarnar el sello o llevarse parte de la substancia del papel, convirtiendo una pieza perfecta en un sello defectuoso. El catálogo. Se trata, como decíamos antes, de una publicación donde aparecen reseñados todos los sellos emitidos, o los de un país o una especialización concreta. Para empezar, es recomendable contar con un catálogo general. En España e Iberoamérica el más popular es el «Yvert et Tellier» francés. Una vez que la colección se vaya decantando hacia cualquiera de las ramas, será el momento de recurrir a los catálogos especializados. La información de los catálogos suele ir presentada del siguiente modo: en primer lugar y por orden alfabético el país, después el año de emisión y a continuación las características de la filigrana, perforaciones si es el caso, etc. A renglón seguido y en cuatro columnas, el número de clasificación del sello, su valor y color, su precio nuevo y su precio usado. Estos precios son orientativos, ya que a la hora de comprar o vender un sello, raramente se consigue el precio estipulado en el catálogo. Filigranoscopio. Se trata de un instrumento delicado y que requiere sumo cuidado a la hora de su utilización, si no se desea sufrir disgustos. Su utilidad no es otra que-hacer visible la filigrana cuando no es posible apreciarla al trasluz. Se trata de una cubeta de plástico o ebonita en algunos casos, totalmente negra, en la que se pone bencina rectificada y se sumerge el sello. La parte del grabado hacía abajo y la de la goma hacia arriba. Tras el baño, la filigrana aparecerá en el sello con total nitidez. En los casos de sellos nuevos con goma, la bencina empleada deberá ser mínima y se tendrá que dejar secar el sello sobre el filigranoscopio hasta que recobre su estado primitivo. Conviene dejar bien claro que la filigrana es uno de los elementos de reconocimiento de un sello. Identificándola bien, no existe error de clasificación. Sin embargo, hay que poner mucha atención antes de utilizar este sistema, porque hay sellos cuyos colores son solubles y este dato, si bien suele aparecer en los catálogos, no sucede en todos.
El álbum. El álbum es el tesoro de todo coleccionista. Desde los primeros hasta los más recientes, el fundamento es el mismo, únicamente varía el lujo, que lógicamente incide en el precio, pero lo fundamental es que sea de hojas intercambiables para poder añadir páginas allí donde sea necesario. Si es preciso comprar más de uno, se recomienda que sean de idéntico tamaño para poder traspasar hojas de uno a otro.
Los mejores son los de tapas automáticas, los llamados «Tim», que si bien son los más caros, a la larga compensa. Dentro del álbum los sellos deben clasificarse:
1. a por países, en orden alfabético.
2. B por orden cronológico.
3. e por fechas de emisión.
4. c de valor menor a mayor, dentro de cada emisión o serie.
5. e los sellos «raros», variedades, errores, etc., que se coleccionen aparte por su valor o especialidad.