miércoles, 24 de marzo de 2010

Revelado de fotos

El revelado en blanco y negro es tan simple y poco costoso, que cualquier aficionado debe probarlo a pesar de la comodidad que representa enviar los rollos al laboratorio. En primer lugar, porque con algo de práctica se pueden llegar a salvar negativos mal expuestos que, de enviarse a los laboratorios, con sus procesos standard se perderían, y en segundo, por el escaso coste del equipo necesario en relación con las satisfacciones que proporciona. El primer paso consiste en adquirir el equipo: un tanque de revelado; un recipiente graduado en centímetros cúbicos; un par de botellas de vidrio o plástico de un litro de capacidad; un embudo corriente; un termómetro con la escala bien grande; un cronómetro o un despertador; unas pinzas, bien de madera o de plástico de las de tender la ropa, bien de colgar negativos, en acero inoxidable, que suelen ser más caras, y los productos químicos, revelador y fijador.

Una vez en la oscuridad del baño, de la cocina, etc., y extraído el chasis de la cámara fotográfica y la película de éste, se enhebra en la espiral del tanque de revelado, operación sencilla pero que requiere paciencia las primeras veces. Una vez cerrado el tanque ya se puede operar con luz. Los baños, que se pueden preparar en cualquier momento antes y dejarlos listos para el momento del revelado, deberán ajustarse con absoluta precisión a las instrucciones del fabricante, en cuanto a temperaturas del agua en que se disuelven o que haya que añadir al concentrado. Conseguida la mezcla idónea, hay que verterla en el tanque con rapidez y simultáneamente poner en marcha el reloj, pues el revelador comienza a actuar desde el primer instante, no cuando el tanque está Heno. El tiempo lo dará el fabricante del producto y el de la película (suelen coincidir). Durante ése tiempo, conviene agitar el tanque'cada medio minuto aproximadamente y durante unos cinco segundos.

Poco antes de finalizar el tiempo de revelado, se retorna el revelador a la botella y se procede al lavado con agua a idéntica temperatura a la cual se ha revelado (suele oscilar entre 18° y 24°) durante unos dos minutos. Inmediata: mente después de vaciar el agua del tanque, se procede a introducir el fijador y según sea el tipo de producto así será el tiempo empleado. No conviene olvidar el agitado mientras dure la operación.

Una vez vaciado el tanque, se abre y se pasa al lavado final, a grifo abierto, durante una media hora, pasada la cual se puede sacar el negativo de la espiral. Esta operación debe hacerse con sumo cuidado para no dañar la emulsión húmeda. El colgado de la película para su secado, debe estar ayudado por otra pinza en la parte inferior, para que con su peso evite que la película se curve. Conviene en este momento pasar un trapo limpio o una esponja por el lado brillante del negativo, para eliminar las gotas de agua, ya que de no hacerse pueden dejar manchas.

Mientras se seca la película es aconsejable lavar al chorro del grifo la espiral y el tanque y dejarlos que se sequen al aire.

Una vez seca la película se trocea (la medida más común es en secciones de seis negativos) y se guarda en las bolsas de papel transparente adecuadas.

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