El aficionado que se haya revelado el negativo no permitirá que otro le haga las copias en papel, por contacto o ampliación, ya que en esta operación puede poner una buena dosis de creatividad al reelaborar encuadres, destacar aspectos, etc.
Las «herramientas» necesarias son: la ampliadora; bombillas de seguridad; papel sensible; cubetas para el revelado, lavado y fijado; pinzas; reloj con segundero; un rodillo para escurrir el agua de las copias lavadas .y un marginados
La operación en secuencia sería: situar el negativo en el , portanegativos de la ampliadora; se busca el foco de la imagen que se proyecta y a continuación se interpone en el haz de luz el filtro rojo que lleva la ampliadora; se saca el papel virgen de su bolsa; (normal, duro o suave, según sea el negativo) se coloca en posición con el lado más brillante (la emulsión) hacia arriba y se encuadra con la luz roja. A continuación se cierra el diafragma del objetivo a la abertura determinada, se apaga la luz de la ampliadora y se retira el filtro rojo. Se enciende la lámpara el tiempo adecuado al tipo de copia a conseguir, y a continuación se procede con el papel al revelado, lavado, fijado y lavado final en agua corriente.
Una vez secas las copias el proceso está finalizado. No obstante, si se desean copias brillantes se pueden meter a secar en la esmaltadora, aunque en la actualidad todas las marcas fabricantes de papel suministran un tipo plastificado que permite obtener copias con brillo sin necesidad de la secadora eléctrica.
Si ha llegado hasta este punto, párese a reflexionar antes de poner en práctica las ideas anteriormente comentadas. Lo más normal es que ya tenga cámara y por tanto aproveche todas las posibilidades que tal máquina pueda darle, pero si su afición le lleva a revelar y positivar sus carretes, entonces deberá mantener más de una charla con comerciantes del ramo. Comparar ofertas y no dejarse deslumhrar por lo más espectacular, aunque tenga medios para poder comprar el equipo. Afiáncese en la etapa que naya logrado alcanzar, antes de dar otro paso y recuerde que el exceso de información es tan perjudicial como la ausencia de la misma. Los efectos son diferentes, pero ambos pueden llegar a hacerle perder el interés por algo tan maravilloso como la fotografía.
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